La estrella de Glee contó que se siente feliz de ser un modelo para las chicas jóvenes, su idea es hacerles ver que no hace falta ser 'un famoso' para tener éxito en la vida.
'Estoy muy orgullosa [de ser un modelo a seguir]', dijo Michele. 'No guardo cadáveres en el armario y no me apetece aparentar ser alguien que no soy. Sí, trabajo duro y tengo la misma determinación que Rachel, pero también soy una persona feliz que se toma las cosas con calma.Además, estoy orgullosa de las decisiones que tomé conforme iba creciendo y quiero enseñar a las chicas jóvenes que no hace falta imitar a los modernos para que las cosas salgan bien en la vida'.
La agenda de Michele es intensa, pero ella insiste en que estar en Glee es un trabajo de ensueño. No obstante, admite que al principio le resultó duro adaptarse al cambio que supuso su traslado de Nueva York a Los Ángeles.
En declaraciones a la revista Zest, la actriz dijo: "La rutina de bailes que aprendemos en el trabajo es extresante, especialmente cuando tienes que repetir una toma 50 veces. Pero cuando miro alrededor y me doy cuenta de lo bien que me lo estoy pasando con mis mejores amigos, siento que no me importaría hacerlo otra vez".
"Los Ángeles es una ciudad dura. Cuando me mudé de Nueva York aquí no estaba segura de acabar encajando, pues hay una idea preestablecida de lo que es ser guapo. Gracias a Glee, creo que las cosas están cambiando. El programa está enseñando a la gente que no tienes que parecerte al resto de gente para ser guapo y triunfador. La belleza puede significar muchas cosas diferentes, y las diferencias deben ser celebradas".
